Pablo y yo volamos.
del verano al verano.
En el océano yo vi el incendio,
amanecer atlántico.
Y hasta el Sur no paramos
con los ojos llenos de párpados
mi primo, mi hermano
sin gas y cuesta abajo
hasta el titán congelado.
Y por la ruta tres, no por la cuarenta,
con el Volkswagen hasta las cejas de tierra,
cargadas de dudas las maletas,
ninguna era nuestra
Yo escuché la queja del glaciar
y retumbar su trueno azul en el aire
y caer y volver a levantarse
como un fénix del Calafate.
Y pusimos el mapa al revés.
No por la cuarenta; Por la tres.
Y nos creímos Marco Alén.